Todos los comienzos son muy difíciles. Pero, por otro lado, de repente recordamos lo duros que fueron esos comienzos. Siempre necesitamos encontrar pensamientos positivos para darnos cuenta de que lo que estamos haciendo es la primera vez. La primera vez es tan poderosa, sentimos cada pensamiento con tanta fuerza y nuestro cerebro se pone tan nervioso. Pero una vez que lo hemos dominado, no sentimos que sea la primera vez en absoluto.
Es obvio, o especialmente obvio, que la primera vez que hacemos algo, pensamos mucho en ello y nuestro cerebro está obviamente muy tenso. Sin embargo, al cabo de un rato, empezamos a ver la situación o la actividad de una forma completamente distinta y nos decimos: «No entiendo por qué me costó tanto la primera vez». Incluso cuando se conduce un coche por primera vez, siempre hay una intensidad de estrés, pensamiento y tensión.
Después de superar esas dificultades, tienes un gran positivo y, sin duda, un gran futuro por delante. La clave está en dejar atrás el miedo y el estrés y ser siempre positivo. Porque nos da mejores pensamientos, mejores acciones y, lo que es más importante, la capacidad de esforzarnos por dar lo mejor de nosotros mismos en la vida. La vida nos regala muchos acontecimientos que experimentamos por primera vez, pero también nos regala el hecho de haber experimentado muchas veces y logrado lo que nos decíamos que no podíamos.
